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Enfermedades de Transmisión sexual

Enfermedades de Transmisión sexual

Las ETS, o enfermedades de transmisión sexual, son enfermedades que se transmiten a través del contacto sexual (vaginal, oral, anal) aunque no exclusivamente.

Existen numerosas enfermedades de este tipo, y la mayoría de los casos aparecen en jóvenes entre 15 y 30 años.

Enfermedades como la Gonococia o la infección por Clamydia pueden producir secuelas importantes tanto en el hombre como en la mujer, en forma de esterilidad masculina o femenina. Otras como la sífilis, no tratadas adecuadamente, pueden a lo largo de los años, desarrollar lesiones cutáneo-mucosas y en órganos internos como el Sistema Nervioso Central, corazón...

El Herpes Genital, causado por el Virus Herpes Simple I o II, está caracterizado por la aparición de unas vesículas en la zona genital muy dolorosas y recidivantes. Es una infección que no tiene cura, aunque la aparición de los síntomas y su duración pueden reducirse con un tratamiento adecuado.

La Hepatitis B y C, también pueden transmitirse vía sexual, y no tienen tratamiento, pudiendo en muchos casos quedar como enfermedades crónicas que además pueden transmitirse al feto en caso de embarazo.

El HIV, también puede transmitirse vía sexual, y actualmente no tiene un tratamiento curativo. Se usan antiretrovirales para retrasar la aparición de la enfermedad, pero la situación de inmunodeficiencia en la que queda el organismo lo hace proclive a desarrollar enfermedades, infecciones e incluso cánceres que de otra forma no aparecerían. Además también puede transmitirse al feto en caso de embarazo.

La infección por el Virus del Papiloma Humano es la Enfermedad de Transmisión Sexual más frecuente. Existen estudios que indican que 8 de cada 10 mujeres han estado en contacto con el virus en algún momento de su vida. Este virus es el responsable del cáncer de cuello uterino (entre otros cánceres), y de las verrugas genitales. La mayoría de las veces el organismo es capaz de eliminar el virus, si no la mortalidad por cáncer de cuello sería mucho mayor de lo que ya es. Afortunadamente existen armas para combatir el cáncer de cuello, como son la citología y la vacunación frente al virus.

Para prevenirlas es muy importante utilizar métodos anticonceptivos de barrera (preservativo), ya que otro tipo de anticonceptivos protegerán frente al embarazo pero no frente a este tipo de infecciones.